Cuando una empleada de moda cree que tendrá que poner fin a su prometedora carrera después de quedar embarazada, su jefe se ofrece a adoptar al niño.

En parte cuento moral, en parte agudo thriller político y un vívido retrato de nuestro momento actual, El mundo de ayer está ambientada en la Francia moderna, pero los temas también reflejan la fracturada política estadounidense. Léa Drucker interpreta a la presidenta francesa, que ha decidido dimitir y ha dado su apoyo a un sucesor, pero un posible escándalo podría decantar las próximas elecciones hacia un demagogo de derechas (Thierry Godard). «Si Francia cae, Europa también», advierte el astuto asesor del presidente, el Secretario General (Denis Podalydès). Con sólo tres días para actuar, el único curso de acción aparente es impensable. ¿O no lo es? Y la presidenta tiene otro secreto que la lastra. Drucker nos hace sentir de verdad la fuerza destructora de la política sin salida. Dirigida por Diastème, la película plantea muchas preguntas oportunas, especialmente «¿Qué pasa cuando los secretos de Estado son personales?»

Un profesor de historia de cincuenta años que descubre que está perdiendo la audición y comienza a tener una vida reclusa a causa de su discapacidad. Su encuentro con Claire, una viuda cuya hija es muda, le ayudará a abrirse al mundo.

Victoria es una niña de ocho años quien acaba de perder a su madre. Se muda con su padre a vivir en un pequeño pueblo de montaña, encontrando consuelo al adoptar un cachorro de origen desconocido en una granja aislada.

La vida de una familia de cultivadores de melocotones en un pequeño pueblo de Cataluña cambia cuando muere el dueño de su gran finca y su heredero vitalicio decide vender la tierra, amenazando repentinamente su sustento.